El proyecto que voy a analizar son los Presupuestos Participativos de la Diputación de Valladolid.
Los Presupuestos Participativos son un mecanismo por el que la ciudadanía decide el destino de una parte de los recursos provinciales elevando propuestas y seleccionando entre ellas las que considera prioritarias.
La Diputación de Valladolid es la que decide, en cada ejercicio económico, el dinero que se destina a estos presupuestos. En el programa 2022/2023, un total 1,2 millones de euros repartidos en tres zonas geográficas en las que han dividido la provincia, de acuerdo con el número de municipios y de habitantes que las integran.
En estos Presupuestos pueden participar las personas mayores de 16 años empadronadas en cualquiera de los municipios de la provincia de Valladolid menores de 20.000 habitantes.
El proceso se desarrolla en varias fases:
1. Campaña informativa: durante los meses de marzo y abril la diputación difunde información sobre las normas básicas del proceso a través de los medios de comunicación, webs, redes sociales y mediante el contacto directo con ayuntamientos y organizaciones sociales de la provincia.
2. Recogida de propuestas: durante el mes de mayo se pueden presentar propuestas sobre cómo invertir la cantidad destinada. Cada persona puede presentar un máximo de tres propuestas.
3. Evaluación: en junio y julio, el personal técnico provincial valora económica y técnicamente las propuestas remitidas y aplica un baremo para comprobar que las propuestas cumplen los criterios marcados, decidiendo cuáles serán las que pasen a fase de votación.
4. Votación: durante el mes de septiembre se desarrolla la fase de votación final en la que cada ciudadano decide cómo distribuir el presupuesto asignado a su zona. Las propuestas más votadas en cada zona se incorporarán al proyecto del Presupuesto de la Diputación de Valladolid.
Estos Presupuestos Participativos comenzaron a llevarse a cabo en el ejercicio 2021/2022.
Por tanto, los actores implicados son la Diputación de Valladolid que es la que gestiona el dinero, los ayuntamientos que forman cada una de las tres zonas y, por supuesto, los ciudadanos mayores de 16 años, que son lo que elaboran y votan las propuestas. También están implicados las asociaciones y organizaciones sociales, medios de comunicación en su labor de difusión, así como las empresas locales encargadas de llevar a cabo las propuestas elegidas.
Creo que la idea de destinar una parte del presupuesto anual a iniciativas que nacen de la ciudadanía es magnífica. Nadie mejor que los ciudadanos y la gente que vive en los pueblos conocen mejor las carencias, las necesidades y, nadie mejor que ellos para intentar mejorar la vida en los pueblos de la provincia.
En el diseño del plan veo, principalmente, dos problemas:
El primero de ellos es que para hacer una propuesta de gasto o inversión se debe hacer a través de la web dándote de alta en la plataforma, cumplimentando un cuestionario. Aquí viene el primer problema, en el mundo rural aún existe la brecha tecnológica. Hay mucha gente que no dispone de medios tecnológicos y menos aún de conocimientos en informática, y algún pueblo que aún no dispone de conexión a internet.
Este problema se podría solventar acudiendo al ayuntamiento correspondiente y pidiendo ayuda para elaborar y enviar el proyecto.
Pero este primer problema lleva a uno más grave, la falta de publicidad. Hay que re-diseñar la forma de difusión del proyecto para conseguir implicar a la sociedad incluida en el ámbito de aplicación.
A las personas habituadas a usar medios tecnológicos les llega la información con los plazos de elaboración, votación, etc. pero hay una inmensa mayoría de vecinos que no tienen acceso a estos medios, ni a redes sociales, y que no saben ni que existen estos presupuestos.
Por supuesto que desde los Ayuntamientos se intenta llegar a la población y se establece un día para la votación de los proyectos anunciando con cartelería en los establecimientos locales.
Pero quizá sería necesario replantear la campaña de publicidad desde la fase más temprana, es decir, hacer más hincapié en la campaña informativa que se lleva a cabo durante los meses de marzo y abril.
Charlas, talleres o actividades en los núcleos rurales implicados para que los vecinos participen, serían una buena forma para dar a conocer el proyecto y, buscar un trabajo conjunto de los vecinos.
En esta primera fase es primordial explicar todo el proceso, pero esa campaña informativa debería ser continua en el tiempo. De forma periódica habría que volver a organizar charlas y talleres para implicar a la población, a las diferentes asociaciones, así se conseguiría una mayor participación.
Por ejemplo, sería necesario repetir los talleres al comienzo de cada una de las fases y reforzar durante el periodo de recogida de propuestas.
Hacer algún tipo de taller, brainstorming o similar, para que cada localidad, al menos, aportara una propuesta, e incluso juntarse con pueblos vecinos para unir esfuerzos y costes.
La idea de los Presupuestos Participativos es muy buena pero necesita de las aportaciones e ideas de los ciudadanos, de los vecinos que conocen la problemática de sus localidades, de la participación de la sociedad. Sin duda, son los habitantes de los municipios implicados los que saben de las virtudes, carencias, puntos débiles y fuertes, qué es necesario mejorar, así como su urgencia. Es necesaria la escucha y la participación activa de los principales implicados.
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